(Colombia)
La importancia de la epistemología individual en el desarrollo de las relaciones interpersonales
Desde siempre el ser humano se ha planteado preguntas como ¿Quién soy yo? ¿Para qué nací? ¿Dónde encontrar la plenitud? Por naturaleza es curioso, y en medio de estos interrogantes, a lo largo de su vida, emprende una búsqueda hacia la felicidad y realización personal. No obstante, casi nunca lo consigue, pues desconoce la importancia de entrar dentro de si, y allí, en el frio silencio de la soledad afrontar la realidad de su existencia; es por ello que no consigue cambiar sus errores ni ser feliz, porque hasta el mismo significado de amor se confunde, pretende recibir de este sin darlo y sin sentirlo propiamente.
Si bien es cierto que nadie puede amar lo que no conoce, la verdad de la vida es que no se conoce la realidad. Como individuos nos quedamos con una mirada subjetiva idealista por el miedo de reconocer quien en realidad somos. Esto porque no nos gusta sufrir, porque da pánico mirar hacia atrás y que entre sollozos se desnude ese dolor que carcome las entrañas. Es entonces cuando intentamos tapar la verdad con un dedo, nos tragamos las lágrimas, fingimos una sonrisa, y poniéndonos una mascará empezamos a buscar el amor y la aceptación de las personas, creyendo que la felicidad no la va a dar alguien, los éxitos, el dinero o los momentos de placer. Si esto fuera así, ¿Por qué cantantes y actores tan famosos como Robert Williams y Violeta Parra terminaron con problemas de depresión que les llevaron al suicido?
Vivimos en una cultura donde los valores se han ido perdiendo y en busca de experimentar y conocer el mundo, la libertad se confunde con el libertinaje. Una persona libre es aquella que no depende de los individuos externos para tomar una decisión, ni del alcohol para experimentar “alegría” o de tener relaciones sexuales para sentirse importante o “amado”; si en verdad fuéramos libres no sentiríamos la necesidad de pasar horas frente a un celular o un computador, esperando un mensaje o subiendo el mejor perfil de nosotros para que nuestras fotos recibieran likes y así sentirnos aceptados. Y todo lo anteriormente mencionado como consecuencia de que vamos en busca de una identidad, de querer encontrar la verdad sin primero buscarla en nuestro interior. Es imposible dar amor a una persona cuando uno no se conoce. Y ese conocerse, es mirarse uno tal cual es, con sus miserias y virtudes, con el pasado y heridas, ver las cicatrices aún abiertas y reconocer que se es imperfecto y en ese proceso aceptarse, porque solo cuando uno se ama a si mismo será posible compartir este don. Esto implica derribar el juicio que los demás han hecho sobre que tan buena o mala persona se es. Porque quien da una opinión sobre mí solo sabe un pedacito de mi existencia, más solo yo sé lo que he vivido y hasta donde puedo llegar. Fácilmente se puede aparentar, pero cuando la puerta de nuestra habitación se cierra y el ruido de las carreteras se detiene, quedaremos a solas, con un vacío y una intranquilidad que desplegara preguntas tales como, ¿a quién creerle?, ¿con quién desahogar el llanto?, ¿acaso soy mis antecedentes? ¿Por qué hago lo que no quiero? ¿a quién le tengo miedo? ¿por qué si lo tengo todo me siento tan vacío? Estas cuestiones solo quedaran resueltas cuando haya el valor de encarar el daño que nos han hecho y que a la vez hemos ocasionado, cuando sean apagadas las voces del miedo y las obsesiones que rondan la mente, y se empiece a reconocer que hasta el momento se ha construido una realidad a base de conceptos y percepciones.
Es por falta de honestidad y miedo, por el vago concepto que se tiene del amor, que en la actualidad se ven parejas que se casan y a los cinco años ya quieren separarse, porque fueron al altar con una mera ilusión; pensando que amor es enamoramiento, atracción y placer; que la persona que escogieron les daría plenitud, pero no con el propósito de brindar felicidad a su compañero(a) de camino. Además, porque muy probablemente no fue aprovechada la etapa del noviazgo, como resultado de dejarse influenciar por una sociedad, que acompañada por los medios de comunicación muestra el amor como si fuera genitalidad. Se pusieron pues, el antifaz de una dulce mentira para que no saliera al descubierto los traumas y defectos. Mas después de casarse, la verdad sale a la luz y el castillo de anhelos que se había construido se desmorona, en consecuencia se empiezan a ver las falencias del cónyuge; por ejemplo, una mujer que creció en un ambiente de maltrato donde sus padres se separaron por infidelidad, posiblemente fue creciendo con el paradigma de que todos eran iguales y que para no quedarse sola debería tener autoridad y control sobre la otra persona, de manera que estando casada se empezará a evidenciar problemas de obsesión y celos.
Ahora bien, ¿Cuál es el medio para conocerse y encontrar el propósito de la vida?, San Agustín de Hipona, quien vivió muchos años en el ámbito mundano buscando solo satisfacer los deseos de su carne, al convertirse al cristianismo, estableció en su libro de las confesiones lo que se conoce como iluminación divina. Según él, todo lo que es posible conocer en plenitud es porque ha sido Dios mismo quien lo ha revelado, y que este es el fin último del hombre, de modo que Dios como creador del universo y de la humanidad no se encuentra en una nebulosa, lejano; sino que habita en el interior, y al estar allí, abre los ojos de nuestra alma para ver la falsedad de aquella realidad que fue construida por nosotros mismos para enseñarnos quien somos. Este postulado es fascinante, y tiene un inmensa validez y sentido. Pues, ¿Quién conoce más las partes y funcionalidad de un artefacto sino aquel que creo los planos? Por fe en el sacramento del bautismo y la confirmación se cree que somos hijos de Dios que hemos recibido el Espíritu Santo, que habita en nosotros y conoce. En el evangelio de Lucas, capitulo 1 (26-38) se narra el anuncio del arcángel Gabriel a la Santísima virgen María, y antes de ella responder con el Fiat, dijo “¿Cómo será esto posible si no CONOZCO varón?”(LC 1, 34). De acuerdo a lo anterior, es posible afirmar que conocer va mucho más allá de experimentar, se trata de una profunda intimidad y respeto que se va formando en la medida que esté dispuesto.
Entonces, podemos concluir que para amar de debe entrar en un proceso de meta cognición o introspección, es decir, entrar dentro de si y a la luz de la fe, de una manera objetiva examinarse y mirar lo que hay en la conciencia y lo que hace que el inconsciente actué de la manera en que lo hace. De manera que el conocimiento es algo que se construye a partir de la experiencia intima entre lo que soy y lo que me hace ser.
@maria.c.maldonado1
Nombre común: Mamón, mamoncillo
Nombre científico: Melicoccus bijugatus
Familia: Sapindaceae
Altura: hasta los 30m
Distribución: zona intertropical de América.
GCS: —